¡Drama y Desafío! Los Escándalos Más Jugosos de la Ópera
Desde sopranos furiosas hasta complots amorosos, la ópera es un hervidero de emociones… ¡y escándalos!
El mundo de la ópera, ¡ay, el mundo de la ópera! No solo se trata de voces angelicales y puestas en escena grandiosas. Entre bambalinas, los egos chocan, las pasiones se desbordan y los chismes vuelan más rápido que una nota de soprano en un agudo imposible. ¡Prepárense para el drama!
La Diva Desatada El Caso Tebaldi-Callas
¡Ay, muchachas y muchachos! Prepárense porque vamos a hablar de un culebrón digno de la mejor telenovela mexicana, ¡pero con sopranos en lugar de actrices de Televisa! Me refiero, claro está, a la monumental rivalidad entre Renata Tebaldi y Maria Callas. ¡Dos divas, dos estilos, dos ejércitos de fans en guerra!
Todo comenzó, como suelen comenzar estas cosas, con un rumor. Corría el año 1951, y ambas sopranos estaban en la cresta de la ola. Tebaldi, la voz de ángel, la belleza serena; Callas, el drama en carne viva, la intensidad volcánica. Dicen que una vez, preguntaron a Callas si era rival de Tebaldi. Su respuesta, supuestamente, fue: “¿Cómo voy a competir con ella? ¡Si no tiene mi figura!“. ¡Bomba! La prensa, sedienta de sangre (artística, al menos), se encargó de inflar la cosa hasta proporciones épicas. Aunque Callas negó haber dicho eso, la mecha ya estaba encendida.
Los fanáticos se dividieron en bandos irreconciliables. Los “tebaldianos” alababan la voz pura y el legato impecable de su ídola. Los “callasianos”, en cambio, veneraban la capacidad de Callas para transmitir emociones desgarradoras, su dominio escénico y su valentía para experimentar con el repertorio. ¡Era como el clásico Boca-River, pero con arias en lugar de goles! Si quieren saber más sobre el desarrollo cultural en México, pueden visitar https://onabo.org/como-la-opera-impulsa-el-desarrollo-cultural-en-mexico/.
Las supuestas ofensas se multiplicaban como conejos. Que si Tebaldi aceptó cantar un papel que Callas había rechazado. Que si Callas llegó tarde a un ensayo para fastidiar a Tebaldi. Que si una lanzó una mirada fulminante a la otra en un palco. ¡Chismes, chismes y más chismes! La prensa, claro, hacía su agosto con cada nuevo rumor.
El impacto en sus carreras fue innegable. La rivalidad las catapultó a la fama mundial, pero también las sometió a una presión brutal. Callas, siempre más propensa a los escándalos, sufrió especialmente el acoso mediático. Tebaldi, más reservada, intentaba mantenerse al margen de la polémica, pero era inevitable que se viera arrastrada por la vorágine.
Pero, ¿qué había detrás de todo esto? ¿Realmente se odiaban a muerte? Quién sabe. Lo cierto es que, en el fondo, ambas eran mujeres extraordinarias, artistas geniales que amaban la ópera con pasión. Quizás la rivalidad, alimentada por la prensa y el público, les sirvió de acicate para superarse a sí mismas. O quizás, simplemente, eran víctimas de un sistema que necesitaba crear estrellas y enfrentarlas para vender más discos y entradas.
Al final, la historia las ha colocado a ambas en el panteón de las grandes divas de la ópera. Dos mujeres, dos voces, dos leyendas. Y una rivalidad que, aunque exagerada y a veces ridícula, contribuyó a hacer aún más grande el mito de la ópera. ¡Que siga el chismorreo!
Silbidos y Abucheos El Desastre de ‘Tancredi’
¡Ay, mis queridos melómanos! Prepárense para un chismecito de aquellos, un batacazo musical que dejó a más de uno con la boca abierta y las manos listas para abuchear. Hoy les cuento del estreno de Tancredi, la ópera de Gioachino Rossini, allá por 1813 en el Teatro La Fenice de Venecia. ¡Un desastre con todas las letras!
Imaginen la escena: el teatro repleto, la aristocracia veneciana luciendo sus mejores galas, todos ansiosos por escuchar la nueva joya de Rossini, que ya empezaba a sonar con fuerza en el mundo de la ópera. Pero… ¡oh, sorpresa! La cosa no salió como esperaban.
Resulta que Rossini, jovencito él, decidió darle un giro dramático a la historia de Tancredi, basada en la tragedia de Voltaire. En lugar del final feliz original, donde el héroe se casa con su amada, optó por un final trágico donde Tancredi muere injustamente acusado. ¡Imagínense el shock! El público, acostumbrado a los finales felices y a las historias de amor que terminan en boda, no estaba preparado para tanta desdicha.
Y ahí fue Troya, señores. Empezaron los silbidos, los abucheos, las protestas… ¡un verdadero caos! Algunos gritaban que Rossini había arruinado la obra, otros que el final era demasiado triste y deprimente. Dicen que el propio Rossini, que estaba presente en el estreno, se quedó pálido y no supo dónde meterse. ¡Pobre muchacho!
¿Pero por qué tanto alboroto? Bueno, hay varias teorías. Algunos dicen que el público veneciano era muy tradicional y no aceptaba los cambios en las historias que ya conocían. Otros apuntan a problemas de producción: la escenografía no era la mejor, los cantantes no estaban en su mejor día… Incluso se rumoreaba que la prima donna, la diva de la ópera, no se llevaba bien con Rossini y había saboteado la función. ¡Uy, qué fuerte! Recordemos lo sucedido entre Tebaldi y Callas, las divas también saben ser enemigas.
Pero la cosa no quedó ahí. El batacazo inicial tuvo consecuencias para la obra y para la carrera de Rossini. Algunos teatros se negaron a programar Tancredi con el final trágico, y Rossini tuvo que escribir un final feliz alternativo para complacer al público. A pesar de todo, Tancredi no quedó en el olvido. Con el tiempo, la ópera fue ganando adeptos y hoy en día es una de las obras más queridas de Rossini. Quién lo diría, ¿verdad?
Y es que así es el mundo de la ópera, mis queridos. Lleno de pasiones, de dramas, de escándalos… y de finales inesperados. A veces, lo que empieza como un desastre puede terminar siendo una obra maestra. ¡Quién sabe! Y si no, que le pregunten a Rossini. Por cierto, si les interesa saber un poco más sobre la situación actual de la ópera en México, les recomiendo este artículo: opera nacional del bosque un puente cultural. ¡Hasta la próxima, chismosos!
Plagio y Paternidad Musical ¿Quién Escribió ‘El Barbero de Sevilla’?
¿Plagio? ¡Oh, la palabra prohibida en el mundo de la música! Y si hablamos de Gioachino Rossini, el genio de Pésaro, la cosa se pone aún más interesante. Imagínense la escena: 1816, Roma, estreno de El Barbero de Sevilla. La ópera, hoy un pilar del repertorio, no fue recibida precisamente con flores y aplausos. ¡Más bien con una tormenta de acusaciones!
El “quid” de la cuestión era Giovanni Paisiello, un compositor ya consagrado, que también había escrito un Barbero de Sevilla unas décadas antes. ¡Y al parecer, los “fans” de Paisiello (¿o deberíamos decir “hooligans”?) no estaban nada contentos con la “osadía” del joven Rossini! Lo acusaban de plagio, ¡de robar melodías y estructuras enteras! ¡Imaginen el drama!
Rossini, con su proverbial ingenio, intentó calmar las aguas. Sabía que meterse con los seguidores de Paisiello era como despertar a un león dormido. Dicen que incluso se ofreció a retirar su ópera si Paisiello se lo pedía. ¡Pero el viejo Giovanni, al parecer, disfrutaba del salseo!
Pero, ¿tenían razón los acusadores? ¿Era Rossini un vulgar copión? Bueno, la verdad es que la línea entre inspiración y plagio es más fina que el hilo de un violín. Es cierto que Rossini tomó prestados algunos elementos de otros compositores (¡hasta de sí mismo!), pero los transformó, los reinventó, les dio su propio sello inconfundible. Vamos, que agarró un plato soso y lo convirtió en un banquete digno de reyes.
La controversia, lejos de hundir a Rossini, ¡lo catapultó a la fama! El público, siempre ávido de chismes y emociones fuertes, acudió en masa a ver “el Barbero del plagiario”. Y descubrieron una obra fresca, brillante, llena de ingenio y melodías contagiosas. Paisiello, en cambio, quedó relegado al olvido (musical, claro).
La historia de El Barbero de Sevilla nos plantea preguntas interesantes sobre la originalidad y la autoría en la música. ¿Qué significa ser original? ¿Es posible crear algo completamente nuevo, sin influencias del pasado? ¿O acaso la genialidad consiste en tomar lo existente y transformarlo en algo único? ¡Vaya debate!
Y hablando de originalidad, ¿sabías que el propio Rossini era un maestro en reutilizar su propio material? ¡Sí, señoras y señores! ¡El hombre reciclaba sus melodías como si no hubiera un mañana! Pero, ¿quién puede culparlo? ¡Si eran tan buenas! Además, como dice el dicho, “más vale malo conocido que bueno por conocer”… o algo así. Si quieres saber más sobre cómo la ópera impulsa el desarrollo cultural en mexico, te invito a leer este artículo.
En fin, la historia de El Barbero de Sevilla es un ejemplo perfecto de cómo el escándalo puede convertirse en éxito, de cómo la envidia puede transformarse en admiración. Y, sobre todo, de cómo la música, incluso cuando está rodeada de polémica, siempre encuentra la forma de llegar a nuestros corazones.
Cuando la Censura Canta Óperas Prohibidas por ‘Pecaminosas’
¡Agárrense que vienen curvas, amantes del drama (y no solo en el escenario)! Hoy vamos a cotillear sobre esas óperas que, por “pecaminosas”, “subversivas” o “¡ay, qué escándalo!”, fueron directamente silenciadas. ¡Como si una soprano desafinada fuera lo peor que pudiera pasar!
Empecemos con la joyita de Richard Strauss, *Salomé*. ¡Ay, esa jovencita obsesionada con la cabeza de Juan el Bautista! La escena de la danza de los siete velos… ¡Madre mía! En su momento, fue considerada un atentado contra la moral y la decencia. ¿Desnudez? ¡Pecado! ¿Deseos oscuros? ¡Herejía! ¡Imagínense el revuelo! Algunas ciudades la prohibieron directamente, y otras exigieron cortes y modificaciones. ¡Como si cortar una escena pudiera borrar la imagen de nuestras mentes!
Luego tenemos a Verdi, con su *La Traviata*. ¿Una cortesana como protagonista? ¡Impensable para la sociedad bienpensante de la época! Violetta Valéry, una mujer “de la vida”, ¡en el centro de una ópera! ¡Qué osadía! Al principio, la ópera fue un fracaso. ¡La gente no estaba lista para ver reflejada su hipocresía en el escenario! ¡Menos mal que Verdi no se rindió! Después de algunos ajustes (y quizás un poco de paciencia del público), *La Traviata* se convirtió en un éxito rotundo. ¡Una lección para todos: a veces, hay que darle tiempo al drama para que madure!
Pero no todo se trata de sexo y moralidad. Algunas óperas fueron censuradas por tocar temas políticos sensibles. ¿Se imaginan? ¡El arte como arma de protesta! ¡Qué peligro! Compositores luchando contra el poder establecido a través de arias y coros. ¡Más emocionante que una revolución! La censura, al final, siempre termina dándole más fama a la obra prohibida. ¡Es como el efecto “no pulses este botón”!
Y hablando de lucha y perseverancia, la ópera ha demostrado ser un motor de cambio social: https://onabo.org/la-opera-como-motor-de-cambio-social/. A veces, la censura ha actuado como un catalizador, impulsando a los compositores a ser aún más creativos y a encontrar formas ingeniosas de expresar sus ideas. ¡Como si les dieran un empujoncito extra!
¿El lado humano de todo esto? Imaginen a los compositores, desesperados, tratando de convencer a los censores de que su obra no es tan “mala” como parece. ¡Seguro que hubo discusiones acaloradas, sobornos fallidos y promesas rotas! ¡Un culebrón en la vida real! Y el público, dividido entre la indignación y la curiosidad, ¡haciendo fila para ver lo que “no se podía ver”!
La censura ha moldeado la historia de la ópera, sin duda. Nos ha privado de algunas obras, pero también ha hecho que otras sean aún más valiosas. ¡Un brindis por la libertad de expresión (y por los compositores rebeldes)!
Y si quieren más salseo, ¡corran a nuestro podcast! No se queden sin su dosis de chismorreo lírico, ¡síganos en redes! ¡Que la vida es muy corta para no disfrutar del drama (tanto en el escenario como fuera de él)!
“Y para que no digan que no les cuento todo…”
La ópera, un crisol de talento y temperamento, nos regala no solo momentos sublimes sino también escándalos memorables. Desde rivalidades épicas hasta acusaciones de plagio y censura, estas historias demuestran que detrás de la belleza y la grandiosidad se esconden pasiones humanas, ambiciones desmedidas y, a veces, ¡simplemente un buen drama! Sigue disfrutando de este mundo fascinante y síguenos para más confidencias. Acceso a nuestro podcast exclusivo ‘Secretos del Camerino’
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